Consejos para abrigar a un bebé en las noches frías
Cuando llegan las noches frías de invierno, uno de los retos más comunes a los que se enfrentan todos los padres y madres primerizos es como abrigar a un bebé para dormir en invierno. En la época invernal, especialmente cuando hace mucho frío en el exterior, a los bebés les resulta muy difícil regular su temperatura corporal, lo que les hace más vulnerables a coger un resfriado, gripe, etc.
Por ello, te voy a dejar unos consejos para abrigar a tu bebé que te van a ayudar a mantener una temperatura corporal constante al pequeño de la casa, especialmente por las noches.
¿Cómo saber si mi bebé tiene frío por la noche?
Si te preguntas si tu bebé tiene frío mientras duerme, no le mires las manos ni los pies. Estas partes del cuerpo pueden calentarse o enfriarse fácilmente en los bebés porque todavía no tienen bien desarrollado el sistema circulatorio, así que mirarlas no suele dar una indicación precisa.
Palpa la nuca o tronco del bebé es uno de los métodos más efectivos para comprobar su temperatura sin despertarle. Tócale su piel y compara si tiene una temperatura similar al dorso de tu mano, ni muy caliente ni muy fría.
Si tu bebe tiembla, tiene la piel pálida, los labios azules o está especialmente frío, ponle una capa de ropa más y vuelve a comprobar su temperatura, esta vez con un termómetro.
5 consejos para abrigar a tu bebé para dormir
Vístelo como una cebolla
Ahora vas a entender a qué me refiero vestirlo como una cebolla, sobre todo en invierno la mejor manera de mantener a tu pequeño caliente mientras duerme es vestirle con capas fáciles de poner y quitar. De esta forma siempre puedes añadir una capa más en caso de que tenga frío o quitar si ves que tiene mucha calor. Una buena regla general es vestir a tu bebé con una capa más que tú.
Puedes vestir al pequeño con un body y un pijama molón arriba, por ejemplo.
Ajusta la temperatura de la habitación
Intenta mantener su habitación a una temperatura agradable de entre 18 y 20 grados centígrados, de esta forma conseguirás que tu recién nacido no pasa ni demasiado calor ni demasiado frío. Una forma de verificar la temperatura sin ayuda de un termómetro, es simplemente que la habitación resulte acogedora para un adulto ligeramente vestido.
Envuelve el bebé o utiliza un saco de dormir
A veces, cuando el tiempo es demasiado frío, vestir a tu bebé con trajes de una sola pieza no es suficiente para mantenerlo caliente. Para proporcionar a tu bebé un sueño cómodo y reparador en esas noches heladas, debes envolverlo en una manta.
En caso de que tu pequeño le quite las mantas con mucha frecuencia, puedes meterlo en un saco de dormir para que duerma.
Cubre la cabeza, manos y pies de tu bebé
Los bebés mayormente pierden mucha calor a través de la cabeza, manos y pies. Es muy importante que te hagas con un gorro suave y unas manoplas ligeras para proporcionar a tu pequeño una capa extra de calor y no olvidarte de utilizar unos calcetines de algodón en caso de utilizar un pijama que deje los pies al descubierto.
Precalienta la cuna antes de acostar al bebé
Si en la habitación del pequeño no la podemos calentar y hace mucho frío, existe la posibilidad de precalentar la cuna para ocasionar un espacio de descanso cálido y acogedor para tu hijo. Para ello, debes colocar una bolsa de agua caliente o una almohadilla térmica sobre la sábana de la cuna al menos 30 minutos antes de acostar a tu pequeño en la cuna. Y recuerda retírala antes de acostar a tu bebé para evitar cualquier quemadura.
Conclusión
Uno de los mayores retos de los bebés es mantenerse calientes durante los meses de invierno, pues son más susceptibles de perder temperatura corporal y no tienen la capacidad de autorregularse y ponerse una capa de ropa más como hacemos los adultos.
Así que está en tus manos, abrigarle de manera apropiada, echarle alguno que otro vistazo por la noche para ver cómo se encuentra y comprobar su temperatura.
Abrígale bien a tu pequeño para que duerma como un angelito, puedes emplear una combinación de estrategias y ver cómo está más confortable: un saco de dormir para bebés, abrigarle con varias capas de ropa, gorrito y calcetines de algodón.
Y por último, pero no menos importante, está el calefactor portátil, úsalo para regular la temperatura ambiente si esta cae por debajo de los 18 grados centígrados.